Reseña Nueva Ángeles

Tu referente en Juegos de Mesa

Reseña Nueva Ángeles

reseña nueva ángeles

En Nueva Ángeles te van a hacer una oferta, que sí podrás rechazar

nueva ángeles

En ocasiones, llega el momento en la vida en el que debes renunciar a tus principios, valores y moralidad, no porque te guste, simplemente debes sobrevivir en un mundo salvaje y cruel. Créanme, no lo digo yo, hace ya algunos años lo comentó un tal Darwin “las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. Y en Nueva Ángeles, para sobrevivir, será necesario que olvides tus buenas intenciones y tu honestidad, como cuando Homer Simpson se negó a darle aquel riñón a su padre, ya lo sabes, lo importante no es ser bueno, sino aparentarlo.

Así pues ¿Cómo se juega y de qué va Nueva Ángeles? Partamos de la base de que en esto de los juegos de mesa ya está todo inventado y tan sólo pequeñas variaciones pueden hacer que un juego destaque y valga la pena y, en mi opinión, Nueva Ángeles vale mucho la pena.

El juego lo podríamos catalogar de negociación e intereses ocultos, si es que esto tipo de categoría existe. Ambientado en el futurista mundo de Netrunner, se supone que en el actual Ecuador, se ha creado una colonia llamada Nueva Ángeles, donde unas corporaciones que se dedican a explotar sus recursos, se soportan/coexisten en un mundillo de lo más competitivo. Evidentemente, cada uno de los jugadores (ojo, un mínimo de 4 y un máximo de 6) tiene el control de una de las susodichas corporaciones y se dedica a explotar recursos sin, digamos, tener demasiado en cuenta a Greenpeace.

Nueva Ángeles

¿El objetivo del juego? Acabar por encima, es decir, teniendo más dinero, que una de las otras corporaciones, y para saber quién será tu rival se deberá coger al azar y, al inicio de la partida, una carta que marcará cuál es tu objetivo (es decir, por delante de que jugador tienes que quedar). Sobra decir que cada jugador podrá hacer uso de unas habilidades propias y exclusivas que dotarán al juego de cierta asimetría, esa que tanto nos gusta.

Pero la gracia de las partidas no acaba ni mucho menos aquí. ¿Por qué? Pues porque hemos nombrado “colonia futurista” y como todos sabemos, no hay colonia futurista que se precie que sea feliz, sino distópica, con todo lo que eso conlleva. Porque en Nueva Ángeles, además de megacorporaciones, habitan droides sin sentimientos, crimorgs (son tan chungos como suenan) y los humanos, que están muy cabreados, tienen muy poco que perder y mucho tiempo libre, lo que significa que su único objetivo es tocar las narices, como ese adolescente sin vocación que va a clase porque sus padres le obligan. Y resulta que entre todos no acaban de llevarse bien, con lo que convivir pacíficamente acaba siendo una quimera. Y es en este caldo de cultivo donde encontramos lo mejor del juego; mientras apuñalas a tus amigos por la espalda (otra cosa es que al acabar la partida sigáis siendo amigos), deberéis permanecer unidos para mantener el control de la ciudad a pesar de los elementos discordantes de la colonia, que vienen siendo; revueltas, cortes de electricidad, enfermedades, falta de suministros, inseguridad y una importante violencia sindical, y es que eso de dejar a la gente sin trabajo, porque los robots no piden aumentos de sueldo, no está bien visto. Por si fuera poco, en Nueva Ángeles la policía no existe, así que la seguridad está en manos de una policía privada que está, cómo no, a las órdenes de las corporaciones.

Nueva Ángeles

Lógicamente, a medida que avanza la partida, los recelos aumentan y las ganas de cooperar disminuyen, así que rápidamente se pasa del “unidos podemos” al “sálvese quien pueda”. Es importante comentar que el juego ofrece una variante más, permitiendo que en el reparto de objetivos, a un jugador le toque ser el federalista, una especie de topo infiltrado que tratará de colapsar la ciudad y sólo gana si está acaba sucumbiendo, ríete tú del caballo de troya.

Respecto a la mecánica, el desarrollo del juego consiste en lo siguiente; en cada ronda saldrá a juego una carta de evento que aportará beneficios a aquel que la obtenga. Para hacerse con ella, los jugadores deberán proponer una carta de acción de su mano. Las cartas de acción se reparten al inicio de la partida, hay de 4 tipos y todas inciden de una forma u otra en la gestión de la ciudad. Así que, bajo el pretexto de que la acción que tú propones es la más interesante para mantener el control de la colonia, los jugadores deberán convencer al resto para que voten su carta en una subasta que dictaminará quien se lleva el gato al agua y se queda con la carta de evento. Pero claro, la subasta se ve influenciada por sospechas, pactos, intrigas, persuasión, presiones y sobornos, sí sobornos, porque aquí nadie ha dicho que esté prohibido entregar “sobres” bajo la mesa en una negociación totalmente abierta y salvaje, dando como resultado un juego que promete mucho. Y recuerda, si al acabar la partida algún amigo te recrimina tu juego sucio, siempre podrás decirle aquello de “no es nada personal amigo, solo son negocios”.

Si quieres comprar este juego accede a su ficha.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *