Reseña La Furia de Drácula
Antes de empezar a hablar de La Furia de Drácula, una breve introducción… A lo largo de nuestra adolescencia pueden ser muchas las fuentes de inspiración que nutran a nuestro imaginario de sueños por cumplir. Generalmente el cine, la literatura, los videojuegos y la televisión son una fuente inagotable de inspiración.
Gracias a ellas algunos queríamos tener un “delorean” para poder viajar en el tiempo y favorecernos del conocimiento futuro (siendo un niño iluso mi deseo no era ganar dinero a mansalva sino conocer las respuestas de un ese examen que se me resistía), para otros la máxima aspiración era poder entrar en Jumanji, sin pararnos a pensar lo que significa que un loco psicótico se obsesionara con darnos caza y abejas de un kilo y medio de peso amenazaran con picarnos y muchos, la mayoría espero, cerrábamos los ojos para imaginar cómo sería volar con la armadura mandaloriana de Boba Fett, sólo que en lugar de perseguir a rebeldes en el universo de Star Wars, nuestro objetivo era aniquilar a aquel niño de pubertad precoz que nos robaba el sándwich en el patio. Como en esta vida tenemos soluciones para todos los gustos, los amantes del terror gótico también llenaban su ideario de mundos ficticios en los que estaría bien vivir con historias sobre vampiros que, probablemente, tenían su propia “Magnus Opus” en la novela “Drácula” de Bram Stoker. Y cómo muchos ya sabéis, hay una extensión de esta novela en el mundillo de los juegos de mesa llamada La furia de Drácula.
Así pues, ¿de qué va La furia de Drácula? Pues, evidentemente… ¡de perseguir a una Momia por toda Europa! (broma fácil lo sé). Ahora en serio: como cualquiera mínimamente culturizado habrá adivinado por su nombre, es el chupasangre más famoso de la historia la figura central de este juego. En él, cuatro personajes históricos de la novela de Bram Stoker perseguirán al vampiro por el viejo continente para darle caza. Para lograrlo, deberán optimizar recursos y hacer uso de sus habilidades especiales exentos de miedo (y sensatez).
Evidentemente, el maligno conde de Transilvania contará con todo tipo de argucias, ayuda maléfica y abnegados seguidores que harán que la empresa sea, si cabe, aún más difícil.
¿Y qué tipo de juego es?
Primo hermano del mítico Sombras sobre Londres, cuenta con una dinámica de juego similar a la de otros títulos más jóvenes como The last Friday y La búsqueda del anillo: uno de los jugadores mueve a Drácula por Europa sin que los demás sepan dónde se encuentra, debiendo el resto de los participantes utilizar a sus respectivos personajes de forma cooperativa para tratar de localizarlo y luchar contra él. Como el buen conde es incapaz de moverse sin dejar de hacer el mal allá donde para, va dejando un rastro de caos y temeridad al más puro estilo inspector de hacienda) que los buenos deben localizar y seguir para salvar a la humanidad de un cruel destino.
En su haber hay que decir que el juego respeta mucho a la obra literaria, no sólo por la aparición de sus personajes, también incluyendo algunas frases y expresiones de esta. Un servidor recomienda fervientemente el uso de la banda sonora de la película mientras se juega; parece una tontería pero se crea un ambiente más inmersivo para tomarse en serio el juego.
¿Cómo se juega?
La misión para aquellos que persiguen a Drácula es simple, como diría el buen de Liam Nesson en la película “Venganza”: te buscaré, te encontraré y te mataré. No hay más vuelta de hoja, la única manera alcanzar el éxito es dar muerte a tu archienemigo, ¿y qué debe hacer Drácula? Conseguir 13 puntos de influencia que se obtienen de tres maneras diferentes; creando vampiros sin parar al más puro estilo “el cordobés”, acabando con sus enemigos o, simple y llanamente, seguir con vida. En este caso podríamos afirmar que el tiempo juega a favor del malo (como no). No obstante en su contra está el hecho de que las rondas se juegan por días y los vampiros no soportan la luz del sol por lo tanto, tiene en cada ronda un turno menos (sólo noche) por dos turnos de cada cazador (día y noche).
El dilema de los cazadores radica en saber dónde se encuentra exactamente Drácula que, eso si, cada vez que se desplaza ha de colocar dos cartas boca abajo en un lado del tablero conformando un rastro; una correspondiente a la ciudad donde se encuentra y la otra una carta de evento que a la postre servirá para tender una trampa a sus enemigos o bien para convertir bondadosos ciudadanos en pálidos vampiros. La refriega empieza cuando uno de los buenos llega a una ciudad dónde Drácula ha dejado su rastro y primero, está obligado a girar la correspondiente carta indicando que ha pasado por allí o bien es su actual localización para más tarde activar la carta de evento. En caso de que deba producirse un combate, ya sea con Drácula o uno de sus perseguidores, éste se resolverá con un curioso sistema al más puro estilo piedra, papel y tijera, sólo que en vez de con las manos con cartas. Sobra indicar que a medida que avanza el juego el contexto y las condiciones de unos y otros se pueden ver alteradas debido “al fragor del combate”.
Dicho lo cual, este es un tipo de juego ideal para pasar una tarde en compañía (no baja de las dos horas que se pasan volando) y ser jugado tanto por personas experimentadas como jugadores novatos gracias a una mecánica sencilla y ligera pero a un contenido intenso y , por que no, para aquellos que alguna vez soñaron con dar caza al gran maligno o bien ser el mismísimo conde Drácula. Tú eliges.
Un comentario
La verdad eh obtenido una de las mejores experiencias de los juegos de mesa con este juego, si lleva mucho tiempo pero lo vale y pocos juegos de mesa logran cumplir ese objetivo.